Soy escritor y a veces hago documentales. A riesgo de sonar cursi, pienso que muchas personas tienen un gusto secreto por escribir, por pintar, por bailar o por hacer películas… pero la vida, la familia y la sociedad constantemente nos dicen que no se puede. O que sí se puede, pero poquito. Que no podemos dedicar nuestra vida de lleno a eso y que “ya vayamos buscando algo serio”.
Por eso, además de compartir mis libros y películas, me gusta compartir las técnicas que me han ayudado en mi camino creativo.
Mi sobrina Eva me preparó un licuado de plátano cuando tenía tres años, y esa es una historia que me gusta mucho contar:

El licuado de plátano
Estaba por salir de mi casa con mucha prisa cuando mi sobrina, Eva, me sorprendió entregándome un licuado de plátano con hielo.
Eva vino corriendo con el vaso rojo y me dijo “¡te lo hice!”.
Con ayuda de su abuelita (mi mamá) había cortado el plátano, mezclado la leche con el hielo y no sé con qué otros ingredientes mágicos para prepararlo.
Le di las gracias a Eva (y una sonrisa como pacto secreto a mi mamá, quien realmente había preparado el licuado) y salí corriendo. Eva sonrió. Alcancé a ver que mi mamá le había preparado otro licuado a Eva con “lo que había sobrado” en un vaso transparente, que empezó a tomarse con un popote al momento que crucé la puerta de salida.
Ya con licuado en mano, manejé rumbo a la Fábrica Literaria. Pensaba en mi mamá. Acababa de hacer feliz a su nieta haciéndola regalar algo: lo opuesto a lo que habitualmente nos hace felices, que es recibir algo.
Seguí manejando y me acordé de cuando era niño. De alguna ocasión en que estaba molestando a mi hermana… mi mamá se dio cuenta y, en lugar de gritarme o regañarme, me explicó que lo que hice había lastimado a Lily. Y me preguntó si yo quería que mi hermana estuviera triste. Me quedé en silencio un rato, volteando hacia adentro. Y le contesté que no.
Muchas de esas situaciones pasaron en mi niñez. Cada vez que cometí un error, mi mamá me hizo pensar y, sobre todo, me hizo sentir. Me hizo entender que nuestras acciones no son sólo nuestras, que tienen impacto en los demás.
Toda mi vida adulta, egoístamente, me había adjudicado a mí mismo la capacidad de sentir empatía por otras personas. Me estacioné en la Fábrica Literaria y me desabroché el cinturón de seguridad. Ya casi se terminaba el licuado en el vaso rojo cuando me cayó el veinte de que la empatía es una de las tantas cosas que le aprendí (y sigo aprendiendo) a mi mamá.
Por eso no puedo estar de acuerdo con las personas que creen que volviéndose ‘cínicas’ demuestran inteligencia. Y por eso admiro a las personas que defienden la compasión. Porque me ayudan a entender que todo lo que das al mundo, el mundo te lo da. Y lo que no compartimos, a quienes nos empobrece es a nosotros.
Por eso al buscar amor primero hay que entregarlo. Porque poniendo amor ahí donde no hay amor es como lo encontramos.

En el 2016 publiqué mi primer libro de No-Ficción,”Burn This Book” (Quema Este Libro), que en su lanzamiento llegó a instalarse en la posición #1 en ventas en las categorías “Creatividad” y “Niño Interior” en Amazon, además de obtener puntuación de 4.12 en el sitio especializado Goodreads.
Mi mayor experiencia profesional ha sido en el cine. El primer documental en que participé, ”Un Hombre Llamado Bronco”, fue estrenada en el Festival de Cine de Monterrey, en la sección “Cuatro perspectivas: Cine y política en Nuevo León”, siendo reconocida por el director del festival como un documental que forma parte del registro histórico de la política de la región.
En el 2016 me uní al padrón de cineastas del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, y el mismo año obtuve el reconocimiento “Mejor Documental” en el concurso Haz Corto con la Corrupción (el concurso de cortometrajes con mayor participación en América Latina) por mi primer documental-cortometraje, “Barrio de Paz” dirigido junto a Federico Aldape.
En cuanto a grados académicos, estudié ingeniería civil con especialidad en emprendimiento en el Tecnológico de Monterrey, en el 2013 obtuve el grado de Maestro en Innovación Empresarial y Tecnológica también por el Tecnológico de Monterrey, presentando como trabajo de tesis el documental ”Un Hombre Llamado Bronco”, siendo esta la primera película en narrar la vida de Jaime Rodríguez Calderón, gobernador del estado de Nuevo León. En el 2014 comencé mis estudios para el grado de Doctorado en Ciencias Administrativas en EGADE Business School, donde realizo mi tesis en narración de historias con enfoque social.